Para que una chica esté satisfecha, necesita que la tiren todo el tiempo. Tiene que sentirse como una hembra y arrastrarse por el culo. Y si el tipo o el marido se olvidan de tirar otro palo, ella empieza a temblar. Aquí también echar un polvo ha devuelto la felicidad a la familia.
Su hermana se puso histérica por su novio que le hizo un dibujo de zorra, de lo flaca y plana que estaba. Su hermano la calmó y le midió la cintura y la cadera, asegurándole que era impresionante. Claro que su gratitud era inadecuada - chupar la polla de su hermano, pero ¿no se merecía la chica compasión? Cuando ella quería quitarse la cabeza ya, él no la dejaba - si quería ser adulta, que se la tragara. Y parecía que su esperma era de su agrado. Ahora siempre podía contar con él.